[...] Nosotros, levantando la voz lo más alto posible y rodeándola del máximum de emoción, decimos a las juventudes actuales de la Patria:
La subversión histórica que se avecina debe de ser realizada, ejecutada y nutrida por vosotros. Disputando metro a metro a otros rivales el designio de la revolución nacional.
Este momento solemne de España, en que se ventilarán sus destinos quizá para más de cien años, coincide con la época y el momento de vuestra vida en que sois jóvenes, vigorosos y temibles.
¿Podrá ocurrir que la Patria y el pueblo queden desamparados, y que no ocupen sus puestos los libertadores, los patriotas, los revolucionarios?.
¿Podrá ocurrir que dentro de cuarenta años, estos españoles, que hoy son jóvenes y entonces serán ya ancianos, contemplen a distancia, con angustia y tristeza, cómo fué desaprovechada, cómo resultó fallida la gran conyuntura de este momento, y ello por su cobardía, por su deserción, por su debilidad?.
Ramiro Ledesma Ramos
FIN DEL DISCURSO A LAS JUVENTUDES DEL ESPAÑA
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